18 de noviembre de 2008

Lector de retina… Próximamente

La verdad que mi trabajo cada día se asemeja más a una prisión de alta seguridad, que a un trabajo. No conformes con la lectura de huellas dactilares, que se hace en cada ingreso y salida de la empresa, con la finalidad de controlar movimientos del personal, desde ayer el sector de “recursos humanos” implementó el uso de tarjetas magnéticas.

Vale aclarar que no es un método supletorio de la lectura de huellas, sino que es complementario. Para explicarlo brevemente, tras pasar a los guardias, hay que acercarse al molinete, pasar la tarjeta, una vez del otro lado hay que hacer fila, con la finalidad de que los aparatos empotrados en la pared, hagan el correspondiente reconocimiento de huellas. Superada esta etapa, ya en el cubículo personal de trabajo, hay que “loguearse” (introducir como 500 claves a los fines de acceder al sistema y empezar a trabajar). Durante el tiempo de “logueo” , el trabajador esta vigilado constantemente, desde el tiempo que utiliza en baño, tiempo en “break”, tiempo en llamada, tiempo en que está en trabajo posterior a llamada… todo!!! Me olvido de las cámaras, estratégicamente ubicadas informando movimientos… diría un amigo, “resulta una suerte de `gran hermano laboral`”
Me pregunto… no será demasiado?