28 de agosto de 2008

¿Cómo te quedó el ojo?

Si hay algo aleatorio, son los cambios de tiempo. Ayer, sin ir demasiado lejos, me baño a los apurones, y salgo como todos los días, con la cabeza chorreando agua (literalmente)… y con una vestimenta desacorde al tiempo. Primaveral y de blanco… ya estaba de un humor peculiar dado que tenía que trabajar un feriado, y había tenido una mañana por demás accidentada. Obviamente la frecuencia del transporte interurbano se ve notoriamente disminuida en días no hábiles. Por lo que decido salir más temprano y alcanzar el colectivo de las 13.40. Si bien hay parada de colectivo es casi imposible e inhumano esperar ahí adentro , salvo que se disponga de una máscara de oxígeno, unos cuantos aerosoles de Lisoform, un traje especial del tipo aislante… y un lanza llamas; al carecer de estos elementos hay esperar cerca de la mitad de la cuadra. Pero no podía quedarme ahí, dado que el diferencial pasaba por la calle perpendicular, entonces no tuve mejor idea que pararme en la intersección de las calles. Por si no se enteraron, ayer, (no se en que momento comenzó, porque a la mañana no estaba así) comenzó a soplar un viento apocalíptico levantando toneladas de tierra, bolsas, bichos, mugre… en fin… todo volaba… y yo en la intersección de calles (o sea, en el cruce de las nubes de tierra que venían desde ambos lados, para unirse en un remolino gigantesco) claro está que al tener el pelo colando agua me encontraba en una situación que propiciaba que toda partícula voladora se adhiriera a su superficie (por lo que no quería ni tocarlo)…pensaba: ¡ya viene…! y me repetía esto una y otra vez con un tono alentador que fué decayendo y transformándose en mal humor tras esperar largos minutos...
14.10... el colectivo no aparecía… mi pelo estaba seco y duro por la tierra. Mi cara de pocos amigos, denotaba la bronca que tenía, tierra en la ropa, en los ojos… de repente pierdo la visibilidad del camino. A lo lejos, una nube marrón, venía a gran velocidad avanzando por la ruta. En eso pienso: ¡Nooo... si me agarra “eso” voy a quedar peor!” y comencé a caminar velozmente por la calle perpendicular tratando de alejarme de esa nube siniestra… ¿? … Si, ya se… es peor es remedio que la enfermedad, considerando que no sólo me atrapó la nube, si no que además una hoja, o bicho o “algo” entró en mi ojo, haciendo que tirara todo y casi sin poder ni siquiera abrirlo me dirigiera nuevamente a casa con un ardor insoportable, a los gritos buscando auxilio o un par de ojos “que vieran o pudieran ver que era lo que tenía”… acudió a mi llamado mi viejo que no entendía nada de lo que me pasaba, y tampoco podía ayudarme porque no podía abrir los ojos del dolor y del ardor (si, tenía los dos ojos cerrados. Aún cuando en uno sólo tenía el problema ¿?) Solucionado, o al menos estabilizada la visión; salí afuera nuevamente a esperar “lo que pasara” (con la desesperación y la bronca que tenía, me hubiese subido hasta en un camión transportador de pollos con tal de llegar a tiempo para no devolver ni un solo minuto!!!)…
Y ahí estaba de nuevo… en el medio de la tierra. Respiraba tierra, veía tierra, masticaba tierra, olía a tierra… a lo lejos veo el colectivo… cruzo velozmente la calle y segundos antes de subir… otra cosa en el ojo!!!... para esto ya estaba arriba, el chofer hablaba, yo ni lo escuchaba… no podía… encima de la gran irritación que ya tenía, otra partícula había entrado en el mismo ojo haciendo que cada parpadeo fuese un verdadero martirio. Fotofobia, lagrimeo constante, dolor y ardor…
Vale aclarar que no le atino nunca al clima… no hay un solo día en que diga: hoy la pegué!... No! Eso no sucede! Por el contrario abundan los días en que salgo muy ligera de ropa (sin abrigo) y cuando subo al colectivo, empieza a soplar un viento huracanado del sur, o unos nubarrones empiezan a amenazar con piedra, nieve, lluvia ácida... (lo que sea) O bien, demasiado abrigada… y acá muchos acotan pero “sacate algo y lo solucionás”… Mmm… pues no, porque tengo un extraño vicio y es el de ponerme debajo remeras bastante transparentes o escotadas (esas que ni loca me pondría como única prenda, pero que las uso cuando está frío como camisetas debajo de un polerón o un o algo bastante grueso ) Obviamente, ya estoy arriba del colectivo y no hay demasiadas posibilidades de regresar por abrigo, ni paraguas, ni de optar por algo más liviano… me consuelo y me digo: “¡Ya fue!”… ¿? Si, como no… las 9 cuadras que debo recorrer desde la parada al trabajo me harán dar cuenta de que “no fue”…
Como es habitual, con “mi suerte” y mi habilidad para predecir el tiempo, seguro que descendí del colectivo y comenzó a diluviar, o una tormenta de tierra está azotando la ciudad, o los marcianos están atacando… y lo mejor es que aún así, tengo que recorrer esas 9 cuadras, sin abrigo, sin paraguas (seguro estoy transportando algo que no puede humedecerse porque se estropearía)… y sin defensa contra los marcianos. Agrego también en que hay que caminar por el centro, en esas estrechas veredas, sin paraguas, esquivando los paraguas de los demás… He notado que los que tienen paraguas, caminan bajo los aleros de los edificios, mientras que los desprotegidos, en el intento de conservar la vista evitando las puntas de los paraguas de los demás, terminan caminando bajo el agua, no ya de la lluvia, si no del agua que cuela de los techos, paraguas, o la que salpican los autos que pasan a gran velocidad por charcos…
Y si hace calor… seguro que voy cargadísima de cosas… entre las cuáles se encuentra una campera con la que podría pasar el polo…
Definitivamente… el tiempo y el pronóstico del mismo, no son mi fuerte.