10 de septiembre de 2008

Dime con quién andas...

Sabía que esto iba a pasar… cuando mi hermana decidió dar un vuelco vertiginoso a su carrera, de ciencias económicas optando por medicina… lo presentía… tengo una relación psicológica particular con las enfermedades… hipocondriasis? (no a ese extremo, pero tiene algunos puntos de contacto)
Si bien me parece que es lo mejor que pudo haber hecho, respecto a dedicarse a lo que le gusta, la verdad, es que hay cosas preferiría no saber… La ignorancia en determinadas cuestiones, brinda una falsa sensación de tranquilidad. Muchos hechos y acontecimientos que suceden en nuestra vida diaria son ignorados por completo y sin embargo, estamos cómodos en nuestras tinieblas - head in heaven, fingers in the mire-

En su afán de conocer y de compartir sus conocimientos, me somete a la exposición de los temas que en ella despertaron interés. Reconozco que la mayor cantidad de veces es ella quién debe escuchar mis eternas exposiciones, pero era su turno… “le tocaba”. Y así comenzó explicando la etiología de la enfermedad del tétanos y la del botulismo. De forma notoriamente asombrada decía: Esporas… todo por esporas…

Esa mañana desperté algo “perseguida” por estos organismos micromoleculares, y decidí investigar mas… no de las enfermedades, sino de porque me estaba “persiguiendo” tanto… escribí la palabra psicopateo como referente de búsqueda… y entre demasiados resultados, se encontraba un tema totalmente distinto al que tenía en mente al iniciar la búsqueda… relaciones amorosas dañinas… Como era de suponer, las “esporas”, quedaron tan interesadas en el tema como yo, porque ni volví a acordarme de ellas…

El artículo exponía, entre otras preguntas que para mí no tenían respuesta, cuestionamientos tales como: ¿Por qué nos equivocamos tanto al escoger pareja? ¿Por qué nos resignamos a relaciones dolorosas? ¿Por qué nos enganchamos a estas relaciones y no sabemos salir de ellas? ¿Podemos reconocerlas antes de involucrarnos?

Se hacía referencia a la presentación del libro y un acercamiento a los temas tratados: “Amores altamente peligrosos”, por Walter Riso. A continuación una breve síntesis:

"El estilo afectivo es una manera de amar específica que depende de cómo te ves a ti mismo y a los otros. Las relaciones tóxicas se crean desde unas condiciones vinculares de mutua dependencia y circularidad, llenas de alianzas inconscientes, donde hay un estado mental y emocional de expectativa de un individuo sobre el otro y viceversa y que llega a convertirse en indispensable al mismo tiempo que insoportable.
Algunas personas parecen enredarse continuamente en relaciones difíciles.
Si estar con alguien implica la destrucción del yo, entonces mejor estar solo, Una relación con un trastorno límite de personalidad tiene el peor de los pronósticos. Estas personas no saben quiénes son, ni lo que quieren, "tienen una sensación de vacío infinito y se pueden presentar de múltiples formas"
Estilos afectivos que es mejor evitar

Un narcisista rompe la estructura ética de la relación, sólo quiere recibir afecto y adulación. No da nada a cambio y la pareja puede entrar en depresión. ¿Qué tipo de personas atrae? "Las que se consideran no deseables socialmente ni atractivas y buscan alguien que les dé estatus. También se enganchan personas inmaduras o co-dependientes, que buscan receptores de afecto como los narcisistas. Es como si se juntara un adicto al trabajo con un explotador laboral. Si piden directamente ayuda profesional es cuando pasan por una etapa crítica, como un descenso de categoría laboral, y se deprimen". Al paranoide el valor que le falta es la confianza básica en la pareja, pensar que nunca le hará daño intencionadamente. "Sin esa certeza no se puede estar, sería como vivir con el enemigo potencial”. Se enamoran de ellas personas con fobia social, que encuentran ideal al paranoide porque tampoco le gusta la gente, aunque en su caso sea por miedo al ridículo.
El sociópata o antisocial, encantador en la fase de conquista, es muy peligroso. Ve al otro como a un objeto. "Es como un depredador que tiene que sobrevivir en una selva: piensa que el débil merece ser la víctima y dice a su pareja: si te golpeo es porque tú te lo has buscado. Es el típico caso de los amores violentos que subyacen en la mayoría de mujeres maltratadas". Conquistan el corazón de quien busca alguien que les defienda en la vida, a otros que piensan que son valientes o a los adictos al peligro. El amor histriónico no es exclusivo de las mujeres: son personas teatrales con comportamientos seductores y exhibicionistas, que ven intimidad donde no la hay. Exigen atención constante y "son como un barril sin fondo: Cuanto más amor les das, más afecto reclaman"
El obsesivo es controlador y considera a su pareja ineficiente. Son un buen partido para muchos porque es responsable, pero suele tener problemas sexuales y para expresar emociones. Como pueden ver que con su problema pueden perder a la persona que aman, tienen un tratamiento más fácil.
El pasivo-agresivo tiene un conflicto porque necesita y rechaza al mismo tiempo la autoridad de su pareja. Sabotean la relación y no cumplen ningún compromiso con la pareja, pero atraen a co-dependientes que quieren protegerlos. El agujero negro afectivo es el esquizoide. Es la máxima exposición de la indiferencia. "El antisocial te desprecia, no tienes valor para él; el narcisista menosprecia, vales menos que yo, y para el esquizoide, no existes"

… en esta instancia deje la lectura… estaba demasiado aturdida, necesitaba ordenar mis ideas… evidentemente había cambiado el foco de atención. Quizás una adecuación siniestra entre el artículo y la realidad influyeron en esto. En el artículo había preguntas sin respuestas: ¿que es lo que nos atrae a esas personas? ¿Acaso tendré un estilo afectivo que es mejor evitar?